Imagino la obra de Mónica:

Cuadros colgados en la galería: una continuidad de ductos laberínticos interrumpida por ventanas por las que entran - y se fugan - la luz y el color.

Sombras y destellos del abismo: forma y color encarnando y difuminando la ternura y la vulnerabilidad. 

Lo ominoso trasunta con igual intensidad: tabiques de incomunicación toman materia en esqueletos de edificios.

Discontinuidades dentro de la continuidad, en secuencia casi fractal.

La fractura de la monotonía, emparentada con lo mítico como testimonio en bruto de la misma póyesis.

El deseo de encuentro que se sueña ya imposible, de azul y de hielo. 

Y la lucha desigual por una luz tan solar, tan vital, como incierta.

Tres ríos se entrecruzan y me confunden como las espirales de un cordón, que nutre y que desagua.

Su rigor analítico desatando los lazos del misterio del ser, de su propio ser,
Intensamente femenino.

____________________________________T Leone